Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Paz

 

               

Entrando a Valdeavellano de Tera desde Soria viniendo por Rollamienta, pasadas las primeras casas del pueblo, al lado izquierdo de dicha carretera, se sitúa la iglesia parroquial dedicada a Ntra. Sra. de la Paz, Patrona del pueblo. La entrada al recinto se encuentra orientada al mediodía, paralela a la carretera, a la que dan los muros traseros de la iglesia y algunos de los contrafuertes de la misma. Un cercado de tapia baja antecede a la entrada, formando una plataforma de medianas dimensiones, rectangular y en la que en otro tiempo crecía en su medio un viejo olmo, que en la década de los setenta desapareció por la plaga que arrasó este tipo de árboles.

La portada de ingreso a la iglesia se encuentra tras un atrio, al que se accede por una cancela con puertas de hierro vistosas, pero sin valor artístico relevante. El atrio cubierto por armazón de vigas de madera y tablas a la vista se recubre de tejas tipo "morisco", habituales en estos lugares, semejantes a las que cubren la cubierta de todo el templo.

 

La portada de acceso al templo, bajo el atrio, parece haber sido remodelada, y la chambrana que hay sobre ella es, probablemente, uno de los restos más antiguos de la iglesia.

Según el profesor Martínez Frías (El Gótico en Soria, Arquitectura y Escultura monumental, Soria, 1980), se trataría de una primitiva iglesia románica del siglo XIII de la que quedan muy pocos vestigios, reformada a finales del siglo XV substancialmente y retocada en el siglo XVIII. Sólo posteriormente se ampliaría adosando a la derecha de la entrada, por el mediodía, la actual sacristía que, primitivamente, estaría en un lateral de la ochava que cierra la cabecera de la iglesia, y en la que aún hay una puerta visible.

 

En la nave central quedan restos de unos capiteles góticos bastante originales que, por su estilo, puedan datar del siglo XV, anteriores, pues, a la reforma del siglo XVIII.

El crucero, es decir, el espacio donde se cruzan la nave central con la nave transversal, los dos brazos de la cruz latina que forman la planta de la iglesia, se cubre con una bóveda del tipo de las llamadas "bóvedas de terceletes", o sea, la formada por "arcos de terceletes", aquellos arcos que forman una bóveda subiendo por un lado hasta la mitad del arco diagonal.

 

En el siglo XVIII posiblemente se construyó el coro, varias ventanas, nuevas o reformadas, y se enlosó el suelo, a la vez que se retocaron pisos de madera y se levantó la escalera del bajo-coro al coro actual.

El retablo del Altar Mayor es, en su conjunto, la pieza mejor de este templo parroquial de Valdeavellano de Tera y posiblemente de las más valiosas, junto a otras del pueblo de Tera, del mismo Valle. D. José Arranz, en su obra sobre "El renacimiento sacro en la Diócesis de Osma-Soria", dice de este retablo que es "uno de los retablos más notables de pintura de la Diócesis.

 

El retablo consta de tres cuerpos, cinco calles y un ático de remate. El cuerpo intermedio se divide en dos registros, mientras que el cuerpo superior, de menor longitud que el resto, crea una estructura escalonada en la parte alta. En la calle central se encuentra una escultura de la Virgen, Ntra. Sra. de la Paz, patrona de Valdeavellano de Tera. Bajo ella, un crucifijo, y en el cuerpo bajo se halla un sagrario. Esta calle está muy transformada, precisamente para ubicar estos elementos, y no conserva la decoración original del retablo. Del retablo original nos quedan quince tablas: cuatro en el cuerpo bajo, ocho en el cuerpo central (cuatro en cada registro) y una tabla en el ático. Estas quince tablas reproducen escenas religiosas y están enmarcadas por estructuras arquitectónicas. Esta disposición responde, por tanto, a una tipología habitual en los retablos castellanos del Renacimiento.

 

El retablo del Altar Mayor plantea serios problemas para su atribución y datación. Se desconoce el nombre del autor y la fecha en que fue pintado. En cualquier caso, se trata de una obra en que se combinan elementos tardo-góticos, propios de la pintura española, con elementos renacentistas, procedentes tanto del Renacimiento italiano como del nórdico.

 

El análisis de los elementos formales permite encuadrar las pinturas de las quince tablas que componen el retablo único, en torno al primer tercio del siglo XVI.

Otros retablos y piezas de la Iglesia (imágenes, lienzos, lámparas, libros, etc.) completarían la reseña efectuada a esta Iglesia Parroquial dedicada a Ntra. Sra. de la Paz, patrona de Valdeavellano de Tera.


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