Al norte de Valdeavellano, a un kilómetro aproximadamente, en el paraje conocido como El Chiribital y a los pies del castro de las Espinillas se encuentra esta pequeña ermita. Las primeras noticias de la existencia de este templo se remontan a 1797, pero probablemente existiera en este lugar un templo anterior, dado que las dos tallas que cobija son de estilo románico. La última rehabilitación que le ha dado el aspecto actual fue en 1976.
El exterior del edificio es sobrio, orientado este-oeste, con la única decoración de tres ventanas con siluetas metálicas en su cerramiento y un pequeño campanile sobre la puerta. El interior también carece de muchos adornos, destacando sendas tallas románicas de la Virgen titular cobijada en un pequeño altar de piedra con forma de arco, y la de San Marcos. Curiosos son los ex votos que cuelgan en las paredes junto al altar.
Más interesantes que el propio edificio son las historias en torno a su origen. Una de ellas, según versión del etnógrafo soriano Florentino Zamora, en este lugar murió una doncella al intentar ser besada por su raptor, un jefe moro dueño de un castillo cercano (el castro). No lo hizo porque sus labios se habían cubierto de espinas. Allí fue enterrada por los vecinos quienes cada año venían a recordarla, construyendo posteriormente una ermita. Uno de los años apareció un anciano que, tras pedir perdón frente al altar, cayó muerto. Otra de las historias refiere que originariamente fue una majada de pastores en la que estos celebraban al regresar de la trashumancia a comienzos del verano una fiesta. De cualquiera de las maneras está bastante aceptado que su nombre deriva del arbusto espino, abundante por la zona, y que su veneración pudo estar vinculada al regreso de los pastores de los extremos y que según ciertos documentos fueron los vecinos de Valdeavellano quienes costearon su construcción. No obstante su fiesta siempre se celebra el primer jueves de junio, conocido como “Jueves de Espinillas”. Ese día se celebra una misa en honor a esta Virgen y seguidamente todos los vecinos participan en una comida popular.